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Pegajosos por naturaleza


Las salamanquesas tienen la capacidad de adherirse a todo tipo de superficies seca, sus movimientos son en “cámara lenta”, por pendientes o incluso boca abajo, aunque no pueden mantenerse quietas sobre las paredes por mucho tiempo. En cambio, los mejillones se fijan firmemente a la superficie de las rocas submarinas pero estos no se mueven.

Las diferencias entre las adherencias de las salamanquesas y los mejillones han inspirado a unos científicos de la Northwestern University, dirigidos por el profesor Phillip Messersmith, para sintetizar un pegamento que reúne las cualidades adhesivas de cada animal, el pegamento se llama "geckel", palabra compuesta de "gecko" -salamanquesa- y "mussel" -mejillón-.

La idea del pegamento llego a Messersmith por casualidad como la gran mayoría de las buenas ideas, el tenia tiempo trabajando en un pegamento con propiedades adhesivas similares a las del mejillón y después leyó un artículo sobre la pérdida de la capacidad de adhesión de las salamanquesas debajo del agua. "Leer aquello me golpeó" afirma el científico.

La capacidad de adhesión de las salamanquesas es derivada de un principio mecánico conocido como "contact splitting" (contacto por huella). En este animal cada pata termina en una almohadilla con miles de pequeños filamentos de queratina de unos 200 nanometros de anchura (un nanometro es la millonésima parte de un milímetro). Todos estos hilos ofrecen una gran superficie de contacto y la fijación a la superficie.

Mientras que la capacidad de adhesión del mejillón se debe a la intervención de una proteína que contiene un aminoácido denominado DOPA (dihydroxy-L-phenylalanine), que forma lazos fuertes entre las superficies de los objetos. El pegamento 'geckel' trata de sumar las condiciones físicas de la adhesión de la salamandra con la composición química de las proteínas de los mejillones. El resultado es un pegamento que no es permanente pero de gran sujeción.

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